jueves, 14 de mayo de 2015

LA PROXIMIDAD COMO  COMPROMISO ÉTICO DEL MAESTRO

Willian Fredy Palta Velasco.

La ternura es expresión que uno al aceptar al otro en su legitimidad lo acoge junto a uno. La aceptación de legitimidad del otro es visionaria. Consiste que uno ve al otro y al verlo no lo niega, pero eso no implica necesariamente que uno lo acoja. Si lo acoge hay ternura. La ternura entonces, no es otra cosa que moverse con el otro en esa visión que lo acoge y en la cual uno descubre sus deseos y necesidades y lo toma en cuenta en su vivir.
Humberto Maturana
El sentido de lo humano


La educación es un asunto de relaciones, en el que solo es posible el aprendizaje cuando se logra el establecimiento de vínculos afectivos; lo que implica redimensionar el ejercicio docente desde una expresión existencial como apuesta ética, que trascienda la enseñanza y supere la visión reducida de la educación como la transmisión de datos y contenidos, concebido como el único medio de establecer relaciones (Freire, 2005). El ejercicio pedagógico centrado en un positivismo cuadriculado y rígido, crea una distancia en las relaciones pedagógicas rompiendo todo espacio existencial y sensible, porque se enmarca en el ego narcisista del docente, con un discurso cargado de terrorismo epistemológico como argumento fundante de su saber, desconociendo que la educación es un permanente encuentro de humanidad. 

El ejercicio docente asumido desde este compromiso ético, implica la proximidad, como la capacidad de salir de si y entrar en relación simétrica de cuidado, respeto y compasión, constituyendo su ejercicio pedagógico en una praxis que transforma, renueva y crea. Es en este sentido, que el ser maestro-maestra se constituye en un acto de amor, de entrega y servicio.  Este compromiso ético es fruto de su vínculo afectivo con su propio ser y del sentido de humanidad que alberga en su interior. Es así, que la praxis pedagógica del maestro y la maestra desde la sensibilidad  está impregnada de una profunda espiritualidad que trasciende desde el alma humana y se conecta existencialmente con la humanidad de otro-otra y del mundo al que pertenece.

 Esta profunda sensibilidad  pedagógica, posibilita contemplar la realidad  desde una mirada que no se deja atrapar en los reduccionismos propios de una sociedad consumista y mercantilizada que excluye y segrega, por eso la proximidad acoge, reconoce, valora a todos y todas sin excepción promocionando su dignidad y el desarrollo de capacidades.  El compromiso del maestro/maestra como praxis de proximidad, consiste en la superación de los reduccionismos y de las barreras  con las que limitamos nuestras relaciones en la cotidianidad, al considerarnos poseedores absolutos de la verdad  generando exclusión, agresión e indiferencia, es así que la proximidad se configura desde un sentido de humanidad en el despliegue del amor, que es comprendido desde la mirada de Maturana al expresa que El amor es el fundamento de lo social pero no toda convivencia es social. El amor es la emoción que constituye el dominio de conductas donde se da la operacionalidad de la aceptación del otro como un legítimo otro en la convivencia, y es ese modo de convivencia lo que connotamos cuando hablamos de lo social. Por esto digo que el amor es la emoción que funda lo social; sin aceptación del otro en la convivencia no hay fenómeno social” (Maturana, 2002)

Asistimos, entonces, a un sistema educativo frio y rígido que no permite el encuentro, las relaciones humanas, simétricas y amorosas, dificultando  el aprendizaje, e impidiendo que la vida en la escuela se transforme. Se hace necesario entonces, indicar que aprendizaje no es saber, no es acumular datos e información, no es producir un nuevo saber. Aprendizaje es la trasformación de la vida a través de las relaciones, del vínculo afectivo, del encuentro con sentido de humanidad. Una visión  de “aprendizaje” centrada exclusivamente en los contenidos, no favorece los procesos pedagógicos con sentido de humanidad, lo que dificulta los procesos educativos, todo esto porque no se establece un sentido, ni una relación significativa con la vida de los participantes, por lo tanto, será una educación sin vida, ni sentido de vida.

La educación desde esta perspectiva de la proximidad como apuesta ética, se comprende como el despliegue del amor, que le configura a la educación un sentido de humanidad, en otras palabras, el amor expresado por Maturana (2002) como una emoción biológica presente en todos y todas, pero  que al no desplegarse genera manifestaciones de agresión e indiferencia. En este sentido, considero, entonces, lo que permite el despliegue del amor es la proximidad, como elección humana  que se establece desde la aceptación, el encuentro y el reconocimiento del otro/otra como legítimos. La proximidad es el despliegue del amor en la convivencia, en la cercanía y el encuentro.

La educación como proximidad, es una praxis pedagógica fundada en el amor que exige una forma especial de comunicación, no desde el discurso retórico, vertical y deshumanizado, sino desde la capacidad dialógica del encuentro simétrico, participativo, democrático y cálido con sentido de humanidad presente  en el maestro/maestra, que se comprende cómo ser en proximidad. Solo desde este lugar se gestan los procesos de aprendizaje. La proximidad, entonces, como compromiso ético, configura la educación en una expresión comunitaria, social y  fraterna que alimenta el deseo, la utopía y el anhelo de un mañana mejor. La proximidad nos compromete en la esperanza, por eso ser maestro/maestra es asumirse como un ser sensible, dialógico y solidario que conserva la entereza y la fuerza para superar la desigualdad, la tristeza y caminar comunitariamente en el sendero pedagógico, con el compromiso  existencial de vivir cada día con un profundo sentido de humanidad, como un ser en proximidad. 

Un homenaje para los maestros y maestras que viven cada día como seres en proximidad
Willian Fredy Palta Velasco Mayo 2015

Bibliografía

Freire, P. (2005). Pedagogía del oprimido. México: Siglo XXI.
Maturana , H. (2002). El sentido de lo Humano. España: Dolmen.
Maturana, H. (2002). Emociones y Lenguaje en Educación y Política. España: Dolmen Ediciones S.A.



Buscar este blog