jueves, 31 de mayo de 2012

El Salto del colegio a la Universidad: Un nuevo Reto


Los estudiantes de primer semestre, podríamos decir que en los diversos  programas de la Universidad de San Buenaventura, seccional Cali, experimentan un fuerte cambio en los ritmos cotidianos de vida y en el seno mismo de la vida académica desde el momento que llegan a la universidad. Para un número significativo de ellos, la experiencia de primer semestre es vivida como un proceso de acoplamiento y de inserción, a menudo traumático, a un mundo nuevo que comporta  una variante de cosas y situaciones a las que antes no podían acceder o estar en posesión de ellas: realizar salidas por diversos motivos, obtener mayor permisividad por parte de los padres; permitírseles trasnochos en el rigor de las obligaciones y de otro tipo, reuniones para socializar, nuevos amigos, etc.  En ocasiones, por no decir que de manera generalizada, este mundo se presenta distante y distinto al vivido en el bachillerato.

En el caso específico de estudiantes que llegan de otras regiones del país e incluso del extranjero, la experiencia novedosa de la vida universitaria aparece en medio de considerables contrastes, que van desde  satisfacciones de variada índole, pasando por serias dificultades en la socialización con los pares, dificultades en el aprendizaje y en la interiorización de nuevos métodos de estudio hasta la interacción con una cultura distinta que implica apropiarse de nuevos códigos lingüísticos, aprender a manejar los tiempos académicos e incorporarse en nuevos sistemas relacionales con costumbres, prácticas y tradiciones diferentes.

Ante este panorama la Universidad San Buenaventura, seccional Cali y, particularmente, su Centro interdisciplinario de estudios humanísticos, CIDEH, proponen la cátedra Proyecto de vida, constituida en espacio dialógico y de interacción para el estudiante que llega por primera vez a nuestra institución y susceptible, por tanto, de atravesar por experiencias significativas que hacen, en mayor o menor medida, difícil su estancia en la Universidad.

De esta forma, como espacio dialógico que es, los docentes hemos sido testigos semestre a semestre de las experiencias significativas narradas por los propios estudiantes, cuyo acto rememorativo pone de manifiesto y da convicción en torno a la importancia de asumir las responsabilidades que implica el rol de estudiante universitario y asimilar de la mejor forma posible el salto trascendental que significa venir del bachillerato a la universidad. 

De otra parte, como espacio de la interacción, significa reconocerse miembro de una comunidad que lo acoge en su dimensión de ser en formación y, a la vez, como parte de una generación con compromisos y responsabilidades que lo dignifican en su situación esencial para la sociedad. En este sentido, nos esforzamos en reconocer sus situaciones particulares y trabajamos a lo largo de los periodos académicos en las demandas que se requieran en su devenir en la vida universitaria. Dichas demandas las agrupamos en los siguientes órdenes:

* Académico: relacionarse de forma distinta con el ejercicio de la lectura, aprender a estudiar materias de gran rigor como Pre-calculo y lógica, reaprender a escribir o apenas comenzar a hacerlo.

* Métodos de Estudio: Realizar modificaciones a los métodos de estudio utilizados en el colegio, tener en cuenta sus propios ritmos de vida, e incorporar nuevos hábitos. 

* Comunicación y Apoyo: Socializar con nuevas personas de diferentes culturas, etnias, ideologías, gustos, cosmovisiones, encontrar nuevos grupos y hacer parte de ellos, etc.

* Aspectos Vocacionales: Adentrarse en el mundo de la carrera elegida y, si bien es cierto que algunos hayan mostrado cierta indecisión en la elección realizada, llevarlos a construir vocación comprometiéndose con la continuidad y con las exigencias de cada asignatura.

* Prestigio: en torno a la carrera elegida, en cuyo caso la elección implica confrontar las diferentes creencias y representaciones sociales o estigmatizaciones sobre los programas que estudian frente a otros estudiantes de otras carreras. 

* Mismidad: Asumirse y hacerse responsable de sí mismo: sus reacciones, elecciones, decisiones y actitudes entre otros.

Así, cada estudiante se encuentra en un momento dado en una u otra de estas circunstancias desde que ingresa y aunque parezca una situación intrascendente, precisamente por ser aún un ser en formación, las repercusiones de esta etapa  pueden ser tales que harán parte de un todo que a su vez irán constituyendo en él una peculiar forma de estar en la Universidad e, incluso, incidiendo posteriormente en la vida profesional, familiar y social; en el ejercicio de su ciudadanía y en su quehacer como sujeto depositario de moralidad, espiritualidad e intelectualidad.

Aunque Proyecto de vida es un espacio creado para analizar todas aquellas vicisitudes de la vida universitaria, y permitir pensar en el propio accionar de los y las jóvenes universitarios(as), en la vida universitaria, es necesario que el Alma Máter, como ámbito de un sistema educativo pero también del bienestar universitario, brinde la comprensión y estrategias necesarias para que el estudiante logre sus metas académicas, yendo más allá del escueto referente que tradicionalmente se ha tenido del estudiante; a saber, ponderarlo sólo como sujeto de un rendimiento académico; una especie de ente académico estratificado en términos de excelencia o deficiencia ante lo cual no se admite ninguna excusa. 

Adelino Braz, en su conferencia Bordieu y la Educación argumenta algo que está en este orden de cosas:

“El proceso de educación lo que tiene que hacer es brindar las herramientas para la adaptación a ese nuevo mundo académico. Pero en realidad, lo que ocurre es que en vez de adaptarme, lo que hace es confirmarme mi desadaptación. ¿Por qué? Porque el capital con el que llegan no es suficiente, para adaptarse”.[1]:

Es importante que la universidad direccione su atención a la experiencia de acople a la vida universitaria de nuestros primíparos, pues si bien algunos llegan con los mínimos para sobrevivir en la academia, otros al menos lo intentan con lo que tienen a su alcance y hasta logran buenos desempeños; asimismo, hay quienes probarán “suerte” para redefinir si la elección que han tomado en conjunto con su grupo familiar, es la más acertada. En todo caso, Proyecto de vida asume esa realidad ubicada en las márgenes de la ponderación del rendimiento académico para encontrarse con otras situaciones de la existencia del estudiante universitario y que en la actualidad influyen significativamente en su estar y su quehacer en la Universidad.

Para terminar retomamos la reflexión del grupo Universidad y Culturas de la Universidad del Valle en torno al autor Jerome Bruner a propósito de su libro The Culture of Education, Harvard University Press, 1996 (p. 36 y 37), (traducido inadecuadamente con el título La Educación Puerta de la Cultura)[2] y en la que dicho autor afirma que la educación debe contribuir a que el estudiante adquiera, gracias a su trabajo de formación y al empeño en transformarse, un sentimiento de la valía de sí. No se trata de una vanidad surgida del nuevo rol de estudiante universitario, sino del valor que se ha demostrado a sí mismo al asumir los retos y vencerlos

Proyecto de Vida es, por tanto, una cátedra fundamental propuesta por el CIDEH que apunta hacia esto que pone de manifiesto Bruner, en cada una de nuestras sesiones, en cada encuentros con los estudiantes, en cada asesoría, en los seguimientos, etc. y esperamos contagiar los diversos programas, con el acto singular de sus cátedras y el noble ejercicio de sus docentes y directivos, en este propósito formativo.



[1] Adelino Braz. Ph.D. en Filosofía. Agregado de Cooperación Educativa Embajada de Francia. Texto Expositivo: Bourdieu y la Educación. Conferencia ofrecida a los estudiantes de la Facultad de Humanidades de la Universidad del Valle. 2009.
[2] Argumentación elaborada desde el grupo Universidad y Culturas acerca de la conferencia de Adelino Braz sobre Bourdieu y la Educación.

Buscar este blog